Se utilizan pastillas de misoprostrol, ya sea solo o en combinación con mifepristona, que se introducen en la boca o vagina. El misoprostol provoca contracciones en el útero a través de las cuales se expulsa su contenido. La mifepristona hace que el cuerpo deje de producir progesterona (la hormona necesaria para el embarazo) y ablanda el cérvix (parte inferior del útero) para que la expulsión sea más fácil. La expulsión ocurre dentro de las primeras 24 a 48 horas después de haber ingerido el misoprostol.

La combinación misoprostol/mifepristona es más efectiva (95%) que el misoprostol solo (85%), pero la mifepristona es más difícil de conseguir, por lo que puedes utilizar solo misoprostol y también tener buenos resultados.

La efectividad del misoprostol es la misma si lo introduces en la boca o vagina, pero recomendamos que sea por la boca porque además de ser más sencillo, en la vagina es posible que queden restos de las pastillas y en la boca no. Esto es importante si el procedimiento se realiza en un estado donde la interrupción voluntaria del embarazo no es legal, pues si necesitas ir a una clínica u hospital por alguna complicación puedes decir que se trata de un aborto espontáneo y el personal médico no tendrá forma de saber que utilizaste misoprostol porque no habrá ninguna prueba.

El misoprostol es un medicamento seguro que se utiliza para tratar problemas gástricos, como úlceras o gastritis. La Organización Mundial de la Salud lo recomienda también para la interrupción del embarazo y prevenir o tratar hemorragias obstétricas. En México, se puede conseguir en las farmacias sin receta*. La presentación más común es en pastillas de 200 mg y lo puedes encontrar ya sea en genéricos o marcas como Cytotec y Cyrux. El precio va desde los 400 hasta los 3 mil pesos.
Si vas a alguna de las clínicas de ILE en la CDMX para el procedimiento por pastillas te darán el misoprostol sin ningún costo.
*Como se sabe que también se utiliza para interrumpir embarazos, en algunos lugares se restringe su venta y se exige receta, pero es importante que sepas que no es necesaria.

Este método es el menos invasivo, pues tu cuerpo actúa igual que si estuvieras teniendo un aborto espontáneo. El procedimiento puede realizarse en una clínica, en tu casa o en el lugar donde te sientas más cómoda.

Entre menos semanas de gestación tengas, menos riesgo hay de tener alguna complicación. El procedimiento es sencillo y seguro, por eso puedes hacerlo en casa sin supervisión médica hasta las 10-11 semanas, a partir de la semana 12 es mejor contar con el acompañamiento de personal médico capacitado.

Los síntomas empezarán entre 30 minutos y cuatro horas después de haber introducido el misoprostol. Sentirás contracciones, tendrás cólicos fuertes y sangrado abundante con coágulos de diferentes tamaños (entre dos y siete centímetros) y finalmente se completará la interrupción del embarazo con la expulsión del tejido y saco gestacional.

Puedes tener, o no, algunos otros síntomas (que duran entre ocho y 10 horas) como: náuseas, vómitos, diarrea, mareos, escalofríos, dolor de cabeza y fiebre. Estas son algunas medidas que puedes tomar para disminuir las molestias:

• Toma una pastilla de ibuprofeno (400 mg) media hora antes del misoprostol para prevenir el dolor intenso. Después puedes continuar tomando una pastilla cada seis u ocho horas hasta que no haya dolor.
• Toma metoclopramida (10 mg) media hora antes del misoprostol para evitar las náuseas.
• Intenta estar lo más cómoda, relajada y tranquila posible.

Es importante que durante el procedimiento estés atenta a las reacciones de tu cuerpo, si presentas alguno de estos síntomas, deberás acudir inmediatamente a la clínica u hospital más cercano:

• Fiebre u cualquiera de los otros síntomas (vómitos, diarrea, etc.) por más de 24 horas
• Dolor intenso que no cede con el ibuprofeno
• Color u olor del sangrado muy diferente al de tu menstruación
• Sangrado excesivo (llenar cuatro o más toallas sanitarias en dos horas)

Durante el procedimiento, mantente atenta a tu sangrado para saber cuando se dé la expulsión del saco gestacional, podrás identificarlo porque es más grande y tiene una textura más consistente que un coágulo.

Importante: Si 48 horas después de haber tomado el misoprostol no hay sangrado abundante y expulsión del saco gestacional, la interrupción del embarazo no se logró. Lo mejor es realizarte un ultrasonido para verificar que tu embarazo no sea ectópico (fuera del útero), pues de ser así las pastillas no funcionan. Si descartas el embarazo ectópico, puedes volver a intentar el procedimiento uno o dos días después; otra opción es la AMEU.

Se recomienda hacer un ultrasonido dos semanas después de haber realizado el procedimiento para comprobar que funcionó. Si no te es posible, también puedes hacerte una prueba de embarazo pero tendrás que esperar mínimo tres semanas, pues ese es el tiempo que tarda tu cuerpo en desechar la hormona del embarazo y si te la haces antes podrías obtener un falso positivo.

Es normal que durante los días posteriores y hasta tres semanas después (la duración depende de cada cuerpo) de haber realizado el procedimiento sigas teniendo un sangrado irregular, intermitente y menor que el de tu menstruación. En algunos casos, el sangrado puede durar incluso hasta la llegada de tu próximo periodo. Tu menstruación regresará de 4 a 5 semanas después.

Puedes volver a tener relaciones sexuales con normalidad, pero lo mejor es esperar una semana porque el cuello de tu útero aún podría estar ligeramente abierto y esto aumenta el riesgo de infecciones. Tu fertilidad no se afecta de ninguna forma, por lo que podrías volver a quedar embarazada y si esto no está en tus planes, lo mejor es que utilices un método anticonceptivo.

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