Mitos sobre el aborto

¡Acabemos con los mitos sobre el aborto y utilicemos esta información como argumentos a favor de nuestro derecho a decidir!

El mito:

“Prohibir el aborto salva vidas”​

La realidad:

Prohibir el aborto no impide que las mujeres aborten, solo provoca que lo hagan en condiciones inseguras que ponen en riesgo su vida. Además, aumenta las brechas de desigualdad para quienes tienen menos recursos, pues para ellas es mucho más difícil y peligroso abortar. En contraste, desde que existe la ILE en la CDMX, de acuerdo con la Secretaría de Salud local, ni una sola mujer ha muerto por realizarse el procedimiento en condiciones legales y seguras; la tasa de muerte materna por esta causa (que en el resto del país es la cuarta causa de muerte para las mujeres según el Observatorio de Mortalidad Materna) se redujo a cero (abril de 2007 a diciembre de 2018). Legalizar el aborto es lo único que sí salva vidas.

El mito:

“Los abortos matan bebés”​

La realidad:

Interrumpir un embarazo no deseado es un derecho, no un asesinato. El producto del embarazo no es un bebé; es un cigoto, embrión o feto, según el número de semanas que tenga de gestación. Solo se le puede llamar bebé hasta después del parto. Los grupos antiderechos utilizan imágenes falsas para hacer creer a las mujeres que dentro del útero ya hay un bebé perfectamente desarrollado, pero en realidad así es:

  • Cigoto: fecundación del óvulo y el espermatozoide, es una sola célula.
  • Embrión: hasta la octava semana de gestación.
  • Feto: después de la octava semana y hasta el aborto o término del embarazo a las 38-40 semanas.
  • El mito:

    “En el tema del aborto cada quien puede tener su opinión”

    La realidad:

    La libertad de pensamiento y expresión es un derecho de todas las personas; sin embargo, ambos tienen su límite en el momento en el que vulneran los derechos de otras personas. El discurso en contra del aborto es un discurso de odio hacia las mujeres, mantiene y reproduce la violencia machista al negar los derechos, juzgar y criminalizar a las mujeres que simplemente no quieren ser madres; además, utiliza mentiras, estigmas y estereotipos para ello.

    Sí, cada persona puede tener su opinión y en caso de tener un embarazo no deseado decidir sobre sí misma conforme a sus creencias, pero no tiene derecho a imponer esas creencias en otras personas que no las comparten y obstaculizar su derecho a decidir.

    El mito:

    “Las personas en contra del aborto son provida”

    La realidad:

    El movimiento en contra del aborto no es un movimiento a favor de la vida, es más bien un movimiento en contra de la vida, la autonomía y los derechos de las mujeres. ¡Dejemos de llamarles provida, son antiderechos! Cómo nombramos las cosas es importante para lograr cambiar el discurso y que se reconozca en todos los sectores de la sociedad el derecho que tienen todas las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Estar a favor del aborto es estar a favor de la vida de las mujeres, su autonomía y sus derechos.

    El mito:

    “El aborto es el primer feminicidio de una mujer”

    La realidad:

    No existe ni el más mínimo punto de comparación entre uno y otro. Un feminicidio es el asesinato de una mujer por razones de género, por el simple hecho de ser mujer. Es la máxima expresión de la violencia machista. El aborto, en cambio, es el derecho que tienen todas las mujeres a decidir sobre su cuerpo y sus proyectos de vida. Lo único que también es parte de la violencia machista es negar este derecho. Además, antes de las 12 semanas (límite para la ILE en la CDMX) ni siquiera es posible saber el sexo del feto.

    El mito:

    “Las feministas están en contra de la maternidad y quieren que todas aborten”

    La realidad:

    Las feministas que defendemos y luchamos por el derecho a decidir no estamos en contra de la maternidad ni queremos imponer nada a nadie, al contrario, nuestra lucha es porque todas las mujeres tengan la posibilidad de elegir lo que consideren mejor para ellas. La penalización del aborto obliga a todas las mujeres, aunque no quieran, a ser madres; la legalización les da la opción de decidir.

    El mito:

    “Es mejor dar en adopción que abortar”

    La realidad:

    En primer lugar, la decisión sobre qué hacer con un embarazo no deseado le corresponde por completo a las mujeres y solo ellas saben cuál es la mejor opción para sí mismas. La adopción puede ser una opción a considerar, pero nunca debe ser forzada.

    También es necesario aclarar que el panorama de la adopción en México no es alentador. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), México es el segundo país de América Latina en casos de niños huérfanos con 1.6 millones. El último reporte del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), que no se ha actualizado desde 2012, dice que hay más de 30 mil niños y adolescentes huérfanos en sus instituciones (contando solo a quienes forman parte de su sistema, pues sobre los niños y adolescentes en situación de calle no tiene datos).

    Además de la gran cantidad de niños y adolescentes en esta situación, el interés en la adopción es mínimo y las adopciones que se concretan son casi nulas. De acuerdo con datos del propio DIF, durante enero a junio de 2019 se recibieron ocho solicitudes de adopción, de las cuales SOLO UNA concluyó con éxito. De julio a diciembre del mismo año se recibieron 24 solicitudes y únicamente seis fueron aceptadas. Es decir, en un año solo siete niños fueron adoptados.

    El mito:

    “En estos tiempos y con tanta información, si se embarazan es por irresponsables, por no cuidarse”

    La realidad:

    Ninguna mujer le debe a nadie explicaciones sobre por qué quiere interrumpir un embarazo no deseado. Las razones pueden ser muy diversas y todas son válidas. Además, vivimos en un país en el que los derechos sexuales no están completamente garantizados, mucho menos en las zonas marginadas donde vive la mayoría de la población. Por ejemplo, la educación integral en sexualidad, que es una de las claves para evitar embarazos no deseados, no se imparte como debería en las escuelas, en gran medida por las resistencias de los grupos antiderechos y sus creencias equivocadas sobre lo que implica.

    Incluso aunque en un escenario ideal no existiera la violencia sexual y todas las personas utilizaran métodos anticonceptivos, seguiría habiendo embarazos no deseados puesto que ninguno es 100% efectivo, la efectividad de la mayoría va del 80% al 90%. La pastilla de anticoncepción de emergencia tampoco es 100% efectiva, si se toma dentro de las primeras 24 horas tiene alrededor del 90% de efectividad y si se toma más de 24 horas después esta disminuye al 75%.

    Del total de mujeres que se han realizado la ILE en la CDMX, el 40%, ¡casi la mitad!, estaban utilizando algún método anticonceptivo, según los datos de la Secretaría de Salud local.

    El mito:

    “El derecho a la vida existe desde la concepción”

    La realidad:

    El artículo 4 de la Convención Americana establece que toda persona tiene derecho a la vida. El término persona es muy importante y la Corte Interamericana de Derechos Humanos estableció un precedente muy importante en la sentencia del caso Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, donde determinó que el embrión/feto NO es una persona y por lo tanto no le es aplicable el artículo 4 sobre el derecho a la vida.

    La CIDH explica en esa sentencia que no hay un acuerdo en la controversia sobre el inicio de la vida humana, pues se valora de distinta forma desde diferentes creencias biológicas, médicas, éticas, morales, filosóficas y religiosas y por lo tanto aquellas creencias que le atribuyen “atributos metafísicos” a los embriones no pueden ser impuestas a todas las personas que no las comparten. Es decir, cada persona puede interpretar el inicio de la vida según sus creencias, pero no puede imponer su concepción a todas las demás personas que no comparten las mismas creencias, pues cada quien tiene derecho a tener sus propias consideraciones y decidir sobre sí misma con base en ellas.

    El mito:

    “Si legalizan el aborto habrá muchos más porque todas van a querer hacerlo”

    La realidad:

    La experiencia de la ILE en la CDMX demuestra que la legalización no aumenta el número de abortos. De acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud local, a partir de que en 2007 se empezó a dar el servicio, la tendencia de aumento duró solo los primeros años, después se estabilizó e incluso desde 2014 el número de procedimientos realizados ha ido disminuyendo cada año.

    El mito:

    “Si quieren abortar, que se lo paguen ellas. Además de irresponsables quieren todo gratis”

    La realidad:

    La salud es un derecho humano que tienen todas las personas. La interrupción legal del embarazo es un tema de salud pública, pues el Estado, al no garantizar el acceso al aborto legal seguro y gratuito, obliga a las mujeres a arriesgar su vida o morir en abortos inseguros. Estas muertes son completamente evitables. El acceso a los servicios de salud sexual, como lo es la ILE, es un derecho y por lo tanto obligación del Estado garantizarlo como el resto de servicios de salud pública.

    El mito:

    “Si abortas, después nunca vas a poder ser mamá, puedes tener muchos problemas de salud y hasta cáncer”

    La realidad:

    La ILE no provoca ningún problema para futuros embarazos o tu salud en general. Como cualquier otro procedimiento médico implica riesgos pero estos son mínimos, apenas del 0.1% según la Organización Mundial de la Salud. Tanto el uso de pastillas como la AMEU para interrumpir el embarazo son procedimientos seguros si se realizan bajo todas las medidas de higiene, por personal capacitado y dentro de un marco legal.

    El mito:

    “Abortar es una experiencia horrible”

    La realidad:

    Interrumpir un embarazo no deseado es una decisión para tu bienestar y tomarla es tu derecho. Realizado en condiciones legales y seguras, no es ninguna experiencia horrible. Con la AMEU el procedimiento dura solo 15 minutos y aunque puedes experimentar la sensación de cólicos, no es un dolor insoportable. Si utilizas el método de las pastillas, incluso puedes hacerlo en la comodidad de tu casa, acompañada de personas queridas, mientras ves una película. *Puedes conocer más sobre los procedimientos en la sección ¿Cómo abortar?

    El mito:

    “El feto es una vida independiente a la mujer y por eso ella no puede decidir por él”

    La realidad:

    El feto no es una vida independiente, depende 100% del cuerpo de la mujer y no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir fuera del útero hasta antes, mínimo, de la semana 28. Mi cuerpo, mi decisión.

    El mito:

    “Las mujeres nacen para ser madres”

    La realidad:

    Las mujeres no nacen para ser madres, son libres de decidir su proyecto de vida y la maternidad puede o no ser parte de sus planes. Las creencias como “una mujer no está completa si no es madre” o “ser madre es lo que mejor que le puede pasar a una mujer” son falsas y solo mantienen y reproducen estereotipos de género. El ser madre debe ser una decisión deseada, no una imposición. ¡Las maternidades serán deseadas y libres de violencias o no serán!

    El mito:

    “Las mujeres que abortan quedan traumadas, se arrepienten y se deprimen”

    La realidad:

    En la investigación Aspectos de salud mental de la salud reproductiva de las mujeres, la OMS deja claro que la interrupción legal del embarazo no causa ningún problema psicológico; en cambio, lo que sí puede afectar tanto piscológica como emocionalmente a las mujeres es ser forzadas a continuar con un embarazo no deseado o tener que realizarse un aborto clandestino que provoca emociones negativas como miedo a morir o ser juzgadas y criminalizadas.

    Las emociones de la mayoría de las mujeres que deciden interrumpir un embarazo no deseado de forma legal son positivas, no se arrepienten y su sentimiento más común es de alivio. Así lo demuestra el estudio Emociones y decisión correcta durante los cinco años posteriores a un aborto: un examen de la dificultad de decisión y el estigma del aborto, realizado por la Universidad de San Francisco en Estados Unidos, donde el 99% de las mujeres entrevistadas dijo no arrepentirse de su decisión.

    El mito:

    “El feto siente dolor y tristeza” “El feto quería ser ingeniero”

    La realidad:

    Hasta antes de la semana 26 (la ILE en CDMX y Oaxaca tiene como límite hasta la semana 12), el sistema nervioso del feto no se ha desarrollado, no hay actividad cerebral y por lo tanto es imposible que pueda pensar y sentir. No, no sueña con ser ingeniero ni sufre por su piernita porque ni siquiera tiene una.

    El mito:

    “Se puede ser feminista y estar en contra del aborto”

    La realidad:

    No, no se puede. Es una contradicción. No existe una única definición del feminismo ni una guía sobre cómo ser feminista, pero todas las corrientes comparten principios básicos de lucha y estos son los derechos de las mujeres. Se puede ser feminista y ser mamá, ser feminista y no querer interrumpir un embarazo no deseado, pero siempre se respeta la libertad, la autonomía y el derecho que tienen las otras a decidir sobre su cuerpo, sea algo que harías tú o no.

    El mito:

    “El aborto es la última opción”

    La realidad:

    El aborto no es “la última opción”, es una opción más de todas las que deben tener disponibles las mujeres y personas gestantes sobre su vida reproductiva. Dejemos de hablar de aborto como algo negativo, es un derecho y una opción más, igual que válida que todas las demás.

    Recuerda: no estás sola

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